Hoy en día, el movimiento #ComerSano ha barrido la nación. Mientras que no estamos a favor de etiquetar los alimentos como «buenos» o «malos», nos enfocamos en el consumo de alimentos enteros y sin procesar la mayor parte del tiempo.
Los alimentos enteros, no sólo son más nutritivos que los procesados, sino también nos ayudan a comer porciones de tamaño adecuado para mantener un peso saludable.
Estas son 3 razones por las que los alimentos procesados te hacen comer en abundancia:
Te descompensan
Los alimentos procesados son ricos en azúcares refinados, los cuales se digieren y absorben rápidamente en tu cuerpo, causando un aumento rápido y espontáneo del nivel de azúcar en sangre. Cuanto más rápido sube el nivel de azúcar en sangre, más rápidamente cae y es entonces es cuando necesitas comer nuevamente.
¿Alguna vez has sentido mucha hambre poco después de haberte comido una galleta o postre? Típicamente buscarías algo rápido y fácil de comer que te ayude a aumentar tu energía, como otra comida procesada…… ¡Sí, es un círculo vicioso!
Alteran la percepción del hambre o la saciedad
Cuando los alimentos son procesados, pierden una serie de nutrientes esenciales, como agua, fibra, vitaminas y minerales. Luego, se les agrega sal, azúcar, grasa y aditivos, lo cual hace que sean alimentos densos en calorías, pero no en nutrientes.
La fibra y el agua son saciantes. Al sacarlos de la ecuación (como en los alimentos procesados) tendrás que comer mucha más cantidad para sentirte lleno. Esto significa que puedes terminar comiendo muchas más calorías de alimentos procesados. Por ello, probablemente podrías comerte una hamburguesa gigante sin parpadear, pero si intentas comer 70 coles de Bruselas no sobrevivirías, aunque los dos tengan la misma cantidad de calorías.
La mayoría de alimentos procesados son sabrosos (lea: deliciosos). Cuando la comida sabe bien, es mucho más fácil ignorar las señales de hambre y saciedad. ¿Alguna vez te has sentido saciado después de sólo unos bocados de cierta comida pero, de todas maneras, te comes un postre? Seguro estaba demasiado bueno para no comerlo. Probablemente, esto no sucedería si tu comida hubiera consistido en una gran cantidad de pepinos, porque tu cuerpo enviaría una señal de satisfacción a tu cerebro y pararías de comer.
Son muy gratificantes
A pesar de que la «adicción a la comida» todavía no es un diagnóstico oficial (aunque es una palabra de moda en estos días), hay mucha evidencia que muestra que los alimentos procesados pueden producir patrones y comportamientos adictivos, incluyendo intentos fallidos de parar su consumo, aumento de la tolerancia con el transcurso del tiempo, síntomas de abstinencia y preocupación por no poder obtener este tipo de comidas.
Estudios clínicos también muestran que comer (o incluso ver) alimentos ricos en sal, azúcar y grasa, como los alimentos procesados, activan la región del cerebro asociada a la gratificación, placer y antojo. La gratificación o recompensa refuerza los comportamientos. Cuando esa gratificación se repite por un periodo de tiempo, los comportamientos se convierten en hábitos.